jueves, 14 de septiembre de 2023

El misterio bajo las setas

En alguna parte del gran universo del Bosque, un pequeño reino se esconde debajo de un puñado de setas. Es un reino particular donde todos sus seres no son más grandes que una pulga, el sol es una rana radiante y la luna, un grillo melódico. 

Un día, la ranita sol decidió tomarse unas vacaciones y dejó su puesto en el cielo seta, sumiéndose esta en la mitad de la oscuridad, ya que el grillo luna no pudo iluminarla a todas horas, pues tenía que descansar y, aunque le ayudaban las luciérnagas errantes, estas eran demasiado pequeñas para dar luz a un reino tan grande.

Imagen freepick

Los habitantes setunos se reunieron en extraordinaria y urgente asamblea para intentar hallar una solución. No encontraron ninguna y, de pronto, del otro lado de una seta, —nunca me han sabido explicar de quién se trata o de qué— apareció una especie de nebulosa blanca con patas que dijo dominar los colores del arcoíris. Venía del norte, donde las serpientes auroras boreales viven.

Los habitantes de la seta de mil colores con topos de otros mil se expresaron en gran algarabía. El bichito encantado empezó a tejer rayos de luz con pétalos y gotas de rocío, tiñendo el cielo de hermosos destellos mágicos con los que la luz sol volvió a brillar en el pequeño gran reino de la seta.

La rana sol regresó de sus vacaciones y prometió no ausentarse tantos días. Desde entonces, el tiempo en la tierra seta transcurre en una mágica danza entre la rana sol que da luz y el grillo luna que ilumina la noche. De vez en cuando, cuando uno de los dos se ausenta para descansar, regresa aquel ser extraño de grandes ojos violetas para dar color y luz al cielo setuno.

El fantasma blanco / Jeff Solo

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