Garrampas en las Montañas Azules

En las profundidades del Bosque de las Montañas Azules, donde la luz del sol apenas se atreve a penetrar entre las frondosas ramas, vive una criatura singular: Garrampas, una ratita que tiene la peculiar habilidad de dar calambres a todo aquel que se atreve a cruzar por su territorio.

Su madriguera está oculta entre las raíces retorcidas de un antiguo roble, protegida por una densa maleza que la mantiene alejada de los ojos curiosos. Garrampas, con su pelaje blanco y sus pequeños ojos centelleantes, es la guardiana indiscutible de esta parte del Bosque.

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Los viajeros que se aventuran por aquellos parajes desconocidos pronto se encuentran con la inesperada sorpresa de sentir un leve hormigueo en sus extremidades, seguido de un intenso calambre que les hace dar un respingo. Garrampas, astuta y juguetona, se esconde entre la maleza, observando con diversión las reacciones de aquellos que caen en su trampa.

Aunque algunos viajeros intentan ahuyentarla con gestos amenazantes o piedras lanzadas en su dirección, Garrampas siempre encuentra la manera de esquivarlos y continuar con su juego. Es una experta en el arte de la evasión, ágil y rápida como ninguna otra criatura del Bosque.

A pesar de su traviesa naturaleza, Garrampas es una parte indispensable del ecosistema del Bosque. Sus travesuras ayudan a mantener a raya a los intrusos y a proteger la paz. Y aunque algunos la consideran una molestia, otros la ven como una curiosa peculiaridad de este lugar mágico y misterioso.

Y así, entre risas y calambres, Garrampas continúa su vida en el Bosque, desafiando a todo aquel que ose adentrarse en su territorio con su inconfundible picardía y encanto.