Por Lili
En el Bosque Imaginado los preparativos para la Noche de Brujas están ya todos listos: la lista de los asistentes para la cena, las bolsas llenas de ilusiones, deseos, alegrías, esperanzas... para repartir al mundo real.
Después de la cena llega el baile a la luz de las estrellas, y lo más esperado la narración de historias, ¡sobre todo si son de brujas!.
Mi Historia de Brujas para esta noche tan especial y para vosotros es la siguiente:
Los dos jorobados
Qual, el más joven, dijo un día a su hermano: ¡Ya estoy harto de vivir aquí!. Me iré a buscar fama y fortuna.
Y, así lo hizo.
Al día siguiente, Qual metió sus cosas en un saco, se lo puso a la espalda y se marchó del pueblo.
Cuando ya hacía unos días que estaba caminando llegó al bosque y ¡tuvo MIEDO!
Y ¿si viene el hombre del saco?
Entonces, Qual vio un árbol y se subió a él. Cuando ya estaba arriba, escuchó un sonido muy extraño, miró hacía abajo y vio que de un agujero del suelo salían unas viejecitas que desfilaban alrededor del árbol cantando:
- saBáDo y doMingo, saBáDo y doMingo, saBáDo y doMingo
Qual desde arriba del árbol, gritó: Y lunes.
De repente, las viejecitas se pararon. Y, después siguieron cantando:
- saBáDo, doMingo y lunes; saBáDo ,doMingo y lunes; saBáDo, doMingo y lunes...
Cuando estuvieron hartas de cantar y de hacer vueltas alrededor del árbol, las viejecitas se pararon.
Emocionadas miraron arriba. Y, allí estaba Qual, arriba del árbol. Entonces, le gritaron:
- Ep, chico, ¡baja!
- No, no bajo. Que si bajo me mataréis.
- No, hombre, ¡no!
Baja y te daremos lo que nos pidas.
Qual, bajó y se quedó al lado de las viejecitas.
Si alguna cosa deseo es ¡librarme de esta joroba que tanto me molesta!
La viejecitas cogieron a Qual y, con una sierra de mantequilla, serraron una, dos y tres veces. Después le hicieron una montura a la espalda y no le quedó ninguna señal.
Después, las viejecitas cogieron la joroba y la colgaron de la rama más alta del árbol.
Cuando Qual volvió al pueblo nadie le reconoció.
Y su hermano le preguntó:
- ¿Pero, donde has metido la joroba?
Qual le explicó todo lo que había sucedido. Y, Tal viendo la ocasión de librarse de la joroba se fue corriendo.
Anduvo y anduvo, y llegó al bosque. Sube al árbol y espera.
Cuando se hizo de noche, escucha un sonido, mira hacía abajo y ve que de un agujero del suelo salían las viejecitas que desfilaban alrededor del árbol cantando:
saBáDo, doMingo y lunes; saBáDo ,doMingo y lunes; saBáDo, doMingo y lunes...; saBáDo ,doMingo y lunes; saBáDo, doMingo y lunes...
Tal desde arriba del árbol grita: Y martes
De repente, las viejecitas se paran. Escucharon, y quisieron seguir cantando. Pero no pudieron...
- saBáDo, doMingo, lunes...
- ¡y martes!
Muy enfadadas, las viejecitas miraron hacía arriba. Y, allí estaba Tal, arriba en el árbol. Entonces le llamaron:
- Ep, chico, ¡baja!
Tal, baja y las viejecitas le dijeron:
- Por tu culpa hemos perdido el ritmo que tanto tiempo nos ha costado encontrar. ¡Ahora verás!
Cogieron la joroba que tenían colgada en el árbol... y se la pusieron ¡delante!
Y, así quedó Tal, con una joroba por delante y otra por detrás... ¡doblemente jorobado!
Tal, baja y las viejecitas le dijeron:
- Por tu culpa hemos perdido el ritmo que tanto tiempo nos ha costado encontrar. ¡Ahora verás!
Cogieron la joroba que tenían colgada en el árbol... y se la pusieron ¡delante!
Y, así quedó Tal, con una joroba por delante y otra por detrás... ¡doblemente jorobado!
Lectores pequeños y no tan pequeños, no os vayáis, estoy segura de que aparecerán más historias en esta Noche de brujas.
Os deseo que la magia llegue a vuestros corazones y os ilumine en vuestro camino.
¡Qué crueles por algo tan pequeño como perder el ritmo! Pero, intuyo que eran brujas, y tienen el toque más o menos inspirado.
ResponderEliminarNo conocía esta historia así que mil gracias por compartirla.
Un beso muy grande, Lili.
Pues no creas... que tal y como están las cosas vamos a estar más que jorobados cuando acabe la pandemia.
ResponderEliminarBesitos 😘