jueves, 30 de noviembre de 2023

Garrampas y Ratoner en Elixia

Guión

  • Lirael los lleva al corazón de Avalón, su castillo.
  • El castillo tiene una torre central que hace de faro de la 5ª dimensión.
  • Desde lo alto de la torre se ven otras isla de la 5ª dimensión. Entre ellas, Elixia.
  • Garrampas y Ratoner viajan a Elixia: la isla-druida.
  • Elixia les enseña la Isla.
  • Garrampas y Ratoner vuelven al Bosque.

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Imagen: Freepng

Texto

Este relato viene de aquí: Garrampas en Avalon.

Lirael les llevó entonces al corazón de Avalon, su castillo. Lo que más llamaba la atención de él era su torre central que hacía de faro de la quinta dimensión desde el que se podían ver otras islas: Atlántida, Ítaca...

A lo lejos, dibujando el horizonte, algo captó su atención.

—Es la isla de Elixia —les explicó Lirael—. La isla en la que pensasteis en la Fuente de los Deseos. Solo vosotros podéis verla.
—¿Cómo podemos llegar a ella? —Garrampas ya estaba ilusionada.
— Venid.

El hada les llevó a la Sala de los Portales. Portales que llevaban a las distintas islas de la quinta dimensión, los había de todos los tamaños. En un rincón, había un pequeño portal con el nombre de Elixia.

Garrampas y Ratoner se despidieron amablemente de Lirael deseando ver la isla de sus sueños.

Al pasar el portal, les estaba esperando la druida Elixia tal y como ellos se la habían imaginado. Ella les explicó que era isla y druida a la vez. Algo inexplicable en la Tierra pero que se daba con cierta frecuencia en la quinta dimensión.

En primer lugar, les llevó a la Ciudad de los Sueños repleta de coloridos habitantes, cada uno con una historia o un sueño que compartir. Garrampas, con su poder único, hizo sonreír y reír a los niños y adultos por igual, recordándoles la importancia de la singularidad. Ratoner, con su mente cuántica, sorprendió a los sabios y curiosos por igual con sus perspicaces observaciones y su capacidad para abrir portales de la imaginación.

Luego, en compañía de Elixia, viajaron por toda la isla llamándoles la atención lo mucho que se parecía a todo lo que habían hablado sobre ella.

—La imaginación es lo que tiene —comentó la isla druida.

Acabaron el viaje en el Bosque Encantado y se sintieron como en casa.

—En esta dimensión, el Bosque Encantado y el Bosque Imaginado están entrelazados. En ambos, hay unos pequeños portales por los que podéis viajar del uno al otro y viceversa. No hace falta que paséis por Avalon de nuevo.

La sensación más extraña que tenían en aquella isla es que parecía que no existía el tiempo.

—Así es —afirmó Elixia—. El tiempo, tal como se conoce en la Tierra, no existe en la quinta dimensión. Aquí tenemos un tiempo cuántico que puede ir incluso hacia atrás. Pero de los viajes en el tiempo —aclaró— hablaremos en otro momento.

En lo que sí hizo hincapié es que podían ir a Elixia siempre que tuvieran trabajo atrasado. En la isla, podían ponerse al día y volver al mismo momento en el que habían entrado. Desde aquel día, al Bosque nunca le pilla el toro.

Por muy bonita que fuera la isla, Garrampas y Ratoner sabía que tenía que volver al Bosque. La druida les llevó al portal del Bosque Imaginado y, al cruzarlo y volver la mirada, vieron otro portal que ponía «Elixia». 

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