La magia del roscón de Reyes

En el corazón del Bosque Imaginado, donde los árboles danzan con la brisa de la fantasía, se celebró una merienda especial en honor a los Reyes Magos. 

Qamar, la luna azul errante, y Ratoner, el administrador cuántico, decidieron organizar este festín mágico para todos los habitantes del Bosque. El claro elegido para la celebración estaba decorado con luces centelleantes y guirnaldas tejidas con sueños de estrellas. Las criaturas del Bosque, desde las hadas luminosas hasta los duendes risueños, se congregaron con anticipación, llenando el aire con un zumbido de emoción. 

Qamar, ataviada con un vestido que reflejaba los colores del atardecer, y Ratoner, con una capa que parecía tejida con hilos de luz cuántica, dieron la bienvenida a todos. En una mesa cubierta con mantel de sueños, se exhibían delicias para satisfacer cualquier gusto. 

Había tazas de néctar de las flores encantadas del Bosque, pastelillos que cambiaban de sabor con cada bocado y frutas resplandecientes con la esencia de las estaciones. En el centro, reposaba un Roscón de Reyes mágico, cuyo aroma hacía que todos anhelaran una porción. 

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La sorpresa más grande aguardaba dentro del roscón. Al cortarlo, reveló pequeños tesoros para cada criatura: mensajes de buenos pensamientos, pequeñas estrellas que concedían deseos y figuritas que encerraban la magia de un nuevo año. La risa y el murmullo de conversaciones alegres llenaron el claro mientras todos compartían historias y sueños. Qamar, con su habilidad única, se transformó en un rey mago momentáneo —reina maga—, distribuyendo pequeños obsequios que llenaron de asombro a los presentes. 

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A medida que la tarde se despedía, el Bosque Imaginado quedó envuelto en la luz de las luciérnagas y la magia de la Merienda de Reyes. Un recuerdo cálido que persistirá en los corazones de todos, recordándoles que en este Bosque encantado, la imaginación y la camaradería eran tesoros dignos de celebrar.

¡¡FELIZ DÍA DE REYES!!