El año pasado solo pudimos colaborar con un cuaderno literario para el proyecto Bebeteca que corrió una suerte parecida por la dificultad de no poder coincidir en persona.
Parece ser que a la tercera va la vencida y este año hemos encontrado en los microrrelatos en Twitter un mejor caldo de cultivo para un laboratorio literario online. No partimos de cero sino que ya veníamos participando desde hace algún tiempo en el espacio literario Escribir Jugando con lo que pudimos organizar un grupo motor más estable que en los años anteriores.